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Mission

Witnessing to God’s peace rooted in justice; working together until it comes.

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Misión

Testificando sobre la paz de Dios enraizada en justicia; Trabajando hasta que llegue.

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“You are an inspiration! Thank you for being there and giving me such spiritual nourishment.”

— Sally Wagner, BPFNA Member

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“¡Eres una inspiración! Gracias por estar allí y darme tal alimento espiritual ".

— Sally Wagner, miembro de BPFNA

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Vision

A Reflection on our Convictions and Motivation

Scattered like salt across Canada, Mexico, Puerto Rico, and the United States, we are a movement of individuals and congregations from a wide variety of cultures and Baptist heritages, who share a common call to witness to God’s Peace—which is to say peace rooted in justice, this-worldly peace “on earth as it is in heaven.”

Since its inception as the Baptist Pacifist Fellowship in 1939, our organization has sought to build a culture of peace rooted in justice. Begun in response to the stated needs of conscientious objectors, as the Baptist Peace Fellowship it continued to address issues of war and injustice in the years following World War II. The current organization was founded in 1984 with the desire to provide international perspectives on peace and justice concerns by bringing together Baptist Peacemakers from four nations. Today, we come together from around the globe for peace camps, friendship tours, training programs and other activities.

We are not large in numbers, nor do we look to numbers for our strength, but we prefer to trust in prayer, truth and love. Our message is simple. Christ came not only to bring spiritual reconciliation but also to initiate a redeemed and healed social order, as he proclaimed at the beginning of his ministry:

“The Spirit of the Lord is on me,
because God has anointed me
to proclaim good news to the poor.
God has sent me to proclaim freedom for the prisoners
and recovery of sight for the blind,
to set the oppressed free,
to proclaim the year of God’s favor.”
(Luke 4:18-19 GNV, adapted).

We are convinced Jesus came not only for personal salvation and the transformation of individual lives, but also to empower the poor, liberate the oppressed, set free the captive, and pronounce a new day of home and grace for all of creation. As we seek to follow Jesus, we take up this message of liberation and reconciliation.  We give witness to the reality of this new creation in Christ, with our words, our actions and our resources.

We believe witness begins at home. We acknowledge and strive to overcome the histories of oppression, which have distorted life within our families and churches even as they have in our nations and the larger world.

We commit ourselves to listen to one another as we seek God’s guidance in scripture and learn one another’s stories and contexts. We also commit ourselves to work together in concrete ways.

We respond to Christ’s call to action. We employ the methods of nonviolent conflict transformation, negotiation and direct action as alternatives to violent conflict and war. We join our efforts to resist what Baptist minister and global peace advocate Martin Luther King, Jr. identified as the triumvirate of evil: racism, militarism and materialism. We understand this "freedom to struggle" to be the Christian vocation, for to respond to suffering which destroys humanity is to do God’s work in the world.

Trusting in God’s grace, we turn to Jesus' teachings for inspiration and as a guide to life. We learn from experience that following Jesus in the joyful path of peace rooted in justice calls us to risk, to sacrifice and sometimes to make challenging choices in our daily lives. We embrace this reality.

We know we are not alone in the struggle: The Spirit of God unites us; the crucified and risen Jesus walks beside us. Witnessing and working for peace rooted in justice is a journey of faith and love--it is a pilgrimage of grace.

The goals of our organization are threefold, to

  • Gather together to mutually strengthen and support one another’s witness and work in international and regional gatherings which include community prayer, education, fellowship and song;

  • Equip individuals, regional groups and congregations with tools for spoken witness and the hands-on work of peace rooted in justice; and

  • Mobilize individuals, groups and churches, in response to pressing concerns—guided by the wisdom of those whose realities are local to the concern at hand.

We are committed to prayerful and equal partnership with Baptists who share our concerns around the world, as well as alliance with those of other traditions and faiths who are seeking peace rooted in justice.

How we live is as important as what we do! In keeping with our commitment to personal witness and shared work:

We strive, following Jesus,
to listen with openness,
speak with conviction,
resist evil,
receive hostility and return love,
break silences which harm,
resist cooperation with structures that cause hardship and suffering,
practice healing,
mend creation’s wounds,
offer hospitality to the refugee and the sojourner,
insist on human rights,
love friend and stranger, ally and enemy:
to point with our words, attitudes and actions
to the acceptable year of God.
 

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Visión

Una reflexión sobre nuestras convicciones y motivación

Dispersos como la sal a través de Canadá, México, Puerto Rico y los Estados Unidos de América, somos un movimiento de individuos y congregaciones con una amplia variedad de culturas y herencias bautistas, que comparten un llamado común a dar testimonio de la Paz de Dios, es decir, la paz enraizada en la justicia, la paz de este mundo "en la tierra como en el cielo."

Desde su inicio como Baptist Pacifist Society (Sociedad Bautista Pacifista, en español) en 1939, nuestra organización ha tratado de construir una cultura de paz basada en la justicia. Iniciada en respuesta a necesidades expresadas por razones de conciencia, la organización, bajo el nombre de Baptist Peace Fellowship, siguió abordando los problemas de la guerra y la injusticia en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La organización actual fue fundada en 1984 con el deseo de proporcionar perspectivas internacionales sobre las preocupaciones de justicia y paz por medio de reunir pacificadores/as bautistas de cuatro naciones. Hoy en día, venimos de todo el mundo para reunirnos en campamentos de paz, visitas de amistad, programas de capacitación y otras actividades.

No somos grandes en número, ni miramos los números para medir nuestra fuerza, más bien preferimos confiar en la oración, la verdad y el amor. Nuestro mensaje es simple. Cristo vino no sólo para traer la reconciliación espiritual, sino también para iniciar un orden social redimido y sanado, tal como proclamó él al comienzo de su ministerio:

El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.

Lucas 4:18-19 (Versión Reina Valera, 1960)

Tenemos el convencimiento de que Jesús vino no sólo para la salvación personal y la transformación de las vidas individuales, sino también para potenciar a quienes viven en la pobreza, liberar a los oprimidos, poner en libertad a los cautivos y pronunciar una nueva jornada de hogar y gracia para toda la creación. A medida que buscamos seguir a Jesús, nos tomamos este mensaje de liberación y reconciliación. Damos testimonio de la realidad de esta nueva creación en Cristo, con nuestras palabras, nuestras acciones y nuestros recursos.

Nosotros creemos que el testimonio empieza en el hogar. Aceptamos y nos esforzamos en superar las historias de opresión, que han distorsionado la vida entre nuestras familias e iglesias, como también han hecho en nuestras naciones y el mundo mayor.

Nos comprometemos a escucharnos el uno al otro a medida que buscamos la dirección de Dios en las Escrituras y aprendemos de las historias y contextos de los demás. También nos comprometemos a trabajar juntos de manera concreta.

Respondemos al llamado de Cristo a la acción. Empleamos métodos de transformación no violenta de conflictos, la negociación y la acción directa como alternativas a los conflictos violentos y la guerra. Sumamos nuestros esfuerzos para resistir aquello que el ministro bautista y defensor de la paz mundial Martin Luther King, Jr. identificó como el triunvirato del mal: el racismo, el militarismo y el materialismo. Entendemos que esta "libertad para luchar" es la vocación cristiana, porque la respuesta al sufrimiento que destruye la humanidad es hacer la obra de Dios en el mundo.

Confiando en la gracia de Dios, nos volvemos a las enseñanzas de Jesús en busca de inspiración y como una guía para la vida. Hemos aprendido de la experiencia que seguir a Jesús en el camino gozoso de paz basada en la justicia nos llama a arriesgar, a sacrificar y, a veces, a tomar decisiones difíciles en nuestra vida diaria. Abrazamos esta realidad.

Sabemos que no estamos solos en la lucha: El Espíritu de Dios nos une; Jesús crucificado y resucitado camina con nosotros. Testificar y trabajar por la paz enraizada en la justicia es un camino de fe y de amor - es una peregrinación de gracia.

Los objetivos de nuestra organización son de tres tipos, a saber:

  • Reunirnos para fortalecernos mutuamente y apoyar el testimonio y el trabajo de los demás mediante reuniones internacionales y regionales, que incluyan la oración comunitaria, la educación, la comunión y el canto;

  • Entrenar y dotar a las personas, grupos regionales y congregaciones con herramientas para el testimonio verbal y para poner manos a la obra la paz enraizada en la justicia; y

  • Movilizar a individuos, grupos e iglesias en respuesta a situaciones apremiantes, guiados por la sabiduría de aquellos cuyas realidades son locales (es decir, son afectados directamente) respecto al asunto en cuestión.

Estamos comprometidos/as con la oración y la asociación equitativa con los/las bautistas que comparten nuestras preocupaciones en todo el mundo, así como la alianza con creyentes de otras tradiciones y religiones que buscan una paz basada en la justicia.

¡Cómo vivimos es tan importante como lo que hacemos! De acuerdo con nuestro compromiso de testimonio personal y de trabajo compartido:

Nos esforzamos, siguiendo a Jesús,
para escuchar con apertura,
hablar con convicción,
resistir el mal,
recibir hostilidad y devolver amor,
romper silencios que perjudican,
resistirse a la cooperación con las estructuras que causan dificultades y sufrimientos,
practicar de curación,
reparar las heridas de la creación,
ofrecer hospitalidad a los refugiados y extranjeros,
insistir en los derechos humanos,
amar al amigo y al extraño, al aliado y al enemigo:
señalar con nuestras palabras, actitudes y acciones
el año aceptable de Dios.

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