To every thing there is a season • Todo tiene su momento oportuno

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from LeDayne McLeese Polaski

“To every thing there is a season, and a time to every purpose under heaven.”

In 1998, having all of five years of full-time ministry under my belt and having recently turned 30, I began my dream job. I became the Managing Director of the Baptist Peace Fellowship of North America, then based in Lake Junaluska, NC. I could not believe my luck – I was able to bring my planning and organizational skills and my passion for social justice together in service of an organization that was doing great things for the cause of peace. And they were so convinced that we were meant to work together that they moved the office to where I lived – Charlotte, NC.

At the suggestion of Executive Director Ken Sehested, I spent my first week just reading the organization’s history. Wow. I was awed by the stories of faithful, creative, courageous people whose individual work for peace rooted in justice had been strengthened as they came together. The next week I attended my first Summer Conference – held at Earlham College in Richmond, Indiana. Wow. I was blown away again – this time by the present reality of this amazing group. I had never before been in a gathering with so many people who were actively, passionately involved in work for justice. There was so much energy, so many good ideas, so much challenge and support, and so much fun. I was hooked!

This July I’ll celebrate my 20th anniversary as part of the staff of this ever-evolving institution. What a ride it has been! We’ve gathered in groups large and small. We’ve come together in our four member nations – and around the world. We’ve had great successes and painful failures. We’ve augmented our name. We’ve taken on issues we didn’t even know about in 1998. We’ve known moments of deep joy and periods of piercing sadness. We have loved each other, pushed each other, held each other, and sometimes fought with each other. We have celebrated weddings and baptisms and calls to ministry. We have wept at funerals and unjustified firings and at the sheer violence of the world. And through it all – I have remained convinced that this really is my dream job.

And – to every thing there is a season. For several years now, I have had a growing sense that the time for my departure from the staff of this organization is nearing. Nothing is wrong – in fact, I am as excited as I have ever been about what we’re doing together and what the future holds. Our movement over the past few years -- to becoming far more deeply the anti-racist, multicultural organization we’ve always dreamed of being --  has been deeply encouraging. Our conference this past summer in Mexico was simply miraculous. There is much on the horizon that is just as energizing. Despite all that – and in some ways because of it – it is simply time for me to begin the process of stepping away. It is my strong sense that, especially for a group of our size with a relatively small staff, it is important that no one person become synonymous with the organization itself. And having now turned 50 (!), I am increasingly pulled to discover what new opportunities await me.

After a considerable time of discernment, on my own and with our Board of Directors, I’ve concluded that this isn’t a “two weeks notice” situation – or anything close to it. I shared my decision with the board just over a year ago, and I am planning to leave a little over a year from now.

I have poured my life into BPFNA-Bautistas por la Paz for almost two decades now. I am immensely grateful for everything I have been able to do. I am profoundly grateful for the wonderful people with whom I have been able to do it. Know that you all have made an imprint on my soul that will go with me wherever I go next.

With every fiber of my being, I believe in this organization and the future it has. You should have already received a letter from Mayra Picos-Lee, President of our Board of Directors, laying out some details of what comes next. I hope you will join me in remaining supportive as that future unfolds. 

–LeDayne McLeese Polaski

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de LeDayne McLeese Polaski

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.”

En 1998, teniendo cinco años de ministerio a tiempo completo en mi haber y habiendo cumplido recientemente los 30, comencé el trabajo de mis sueños. Me convertí en la Directora General de Baptist Peace Fellowship of North America, con base entonces en Lake Junaluska, Carolina del Norte. No podía creer mi suerte. Pude unir mis habilidades organizativas y de planificación y mi pasión por la justicia social al servicio de una organización que estaba haciendo grandes cosas por la causa de la paz. Y estaban tan convencidas y convencidos de que estábamos destinados a trabajar juntos que trasladaron la oficina a donde yo vivía: Charlotte, Carolina del Norte.

Por sugerencia del Director Ejecutivo Ken Sehested, pasé mi primera semana leyendo la historia de la organización. Guau. Me impresionaron las historias de personas fieles, creativas y valientes cuyo trabajo individual por la paz enraizado en la justicia se había fortalecido a medida que se unían. La semana siguiente asistí a mi primera conferencia de verano, que se celebró en Earlham College en Richmond, Indiana. Guau. Me quedé impresionada otra vez, esta vez por la realidad actual de este increíble grupo. Nunca antes había estado en una reunión con tanta gente que participaba activa y apasionadamente en el trabajo por la justicia. Había tanta energía, tantas buenas ideas, tanto desafío y apoyo, y mucha diversión. ¡Me enganché!

Este mes de julio celebraré mi 20avo. aniversario como parte del personal de esta institución en constante evolución. ¡Qué viaje ha sido! Nos hemos reunido en grupos grandes y pequeños. Nos hemos reunido en nuestras cuatro naciones miembros y en todo el mundo. Hemos tenido grandes éxitos y fracasos dolorosos. Hemos aumentado nuestro nombre. Hemos asumido problemas que ni siquiera conocíamos en 1998. Hemos conocido momentos de profunda alegría y períodos de tristeza penetrante. Nos hemos amado, nos hemos empujado unos a otros, nos hemos abrazado y, a veces, luchado entre nosotros. Hemos celebrado bodas y bautismos y llamadas al ministerio. Hemos llorado en los funerales y despidos injustificados y en la violencia pura del mundo. Y a pesar de todo, sigo convencida de que este es realmente el trabajo de mis sueños.

Y para todo hay un ciclo. Desde hace varios años, tengo una sensación creciente de que se acerca el momento de mi partida del personal de esta organización. No pasa nada, de hecho, estoy tan emocionada como nunca antes por lo que estamos haciendo juntos y juntas y por lo que depara el futuro. Nuestro movimiento en los últimos años ha llegado a ser mucho más profundamente la organización multicultural y antirracista con la que siempre hemos soñado ser, ha sido profundamente alentador. Nuestra conferencia de verano del año pasado en México fue simplemente milagrosa. Hay mucho en el horizonte que es igual de energizante. A pesar de todo eso, y de alguna manera por eso, es simplemente el momento para comenzar el proceso de alejamiento. Tengo la firme sensación de que, especialmente para un grupo de nuestro tamaño con un personal relativamente pequeño, es importante que ninguna persona se convierta en sinónimo de la organización misma. Y ahora que cumplí 50 (¡!), Cada vez me siento más atraída a descubrir qué nuevas oportunidades me esperan.

Después de un tiempo considerable de discernimiento, por mi cuenta y con nuestra Junta de Directores, he llegado a la conclusión de que esta no es una situación de "aviso de dos semanas", o algo parecido. Compartí mi decisión con la junta hace poco más de un año, y planeo dejar un poco más de un año a partir de ahora.

He dedicado mi vida a BPFNA-Bautistas por la Paz desde hace casi dos décadas. Estoy inmensamente agradecida por todo lo que he podido hacer, y lo que es más importante, estoy profundamente agradecida  por la maravillosa gente con la que he podido hacerlo. Sepan que todos ustedes han dejado una huella en mi alma que irá conmigo a donde quiera que vaya.

Con cada fibra de mi ser, creo en esta organización y en el futuro que tiene. Ya debe haber recibido una carta de Mayra Picos-Lee, presidente de nuestra junta directiva, en la que se exponen los próximas pasos. Espero que te unas a mí para seguir apoyando a medida que ese futuro se desarrolle.

–LeDayne McLeese Polaski

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