Asperger’s and ‘The Silver Lining of Things’ • Asperger y ‘El Lado Bueno de las Cosas’

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by Hortensia Picos Lee

Hello, moms and dads of special children from around the world.

We do not know each other, but so many things unite us:

First, we live in this wonderful world called Planet Earth.

Second, we want enjoy a fulfilled life and, if we have sons and /or daughters, we want that they grow up healthy and strong and become good men and women.

Third and not least: WE ARE MOTHERS AND SPECIAL PARENTS.

Yes, we are. We have wonderful beings as sons and daughters. My son has Asperger’s, which is one of the various autism spectrum disorders, and I think if your son or daughter has Autism, Asperger’s, Down Syndrome or any condition that makes him or her be different from the average, Is a great gift from God!

We have been chosen to take care of these angels. At first there is pain and uncertainty because we do not know how much our son or daughter will suffer for being different, but after a time of growth and learning, we become able to appreciate his or her nobility and intelligence, trying to make him or her happy.

God does not place on our back heavier burdens than we can carry, and if these burdens weigh us down, Jesus tells us: “Come to me, all you who are weary and burdened, and I will give you rest. Take my yoke upon you and learn from me, for I am gentle and humble in heart, and you will find rest for your souls. For my yoke is easy and my burden is light.” (Matthew 11:28, NIV)

He knows us very well and knows how tired and stressed we may feel because of our own yokes. He invites us to throw them away and to take his, which is the one he wants for us to carry. His yoke is made to fit perfectly to each person who has a personal relationship with him; He knows what you need, and his love, meekness and humility will make your burdens and my own so much lighter than they used to be. God doesn't leave us alone; He gives us family, friends and people who are willing to support, people who help us see the 'silver lining of things'

My life with my son is not easy. There is always the temptation to label it as 'not normal' But, what is it to be normal? Is it being like the rest of the world, seeing the straw in the other's eye, criticizing and subduing the weak? Is it lying, mocking and maliciously taking advantage of others? I assure you that the goodness and innocence of his heart far surpass many who consider themselves 'normal'. So I am blessed to be the mother of a special son, and I wish that in a no far future he will say truly:  "I praise you because I am fearfully and wonderfully made;  your works are wonderful, I know that full well." (Psalm 139:14, NIV)

I know something about world's incomprehension, and I pray this not to bend his spirit. I also pray that he can face life with mettle and that his bravery put to the test will triumph over adversity. If these things come to be, my soul will be in complete peace, and I will feel that I finally fulfilled the mission that God gave me for my earthly life: raise him as his mother. That I am. And I will thank God saying: "Thank you, I would never have achieved it without your help."

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por Hortensia Picos Lee

Hola, madres y padres de niños y niñas especiales de todo el mundo.

No nos conocemos, pero muchas cosas nos unen:

Primero, vivimos en este maravilloso mundo llamado Planeta Tierra.

En segundo lugar, queremos disfrutar de una vida plena y, si tenemos hijos o hijas, que crezcan saludables y fuertes, y que se conviertan en buenos hombres y mujeres.

Tercero y no menos importante: SOMOS MADRES Y PADRES ESPECIALES.

Sí que lo somos. Tenemos seres maravillosos como hijos e hijas. Mi hijo es Asperger, que es uno de los diversos trastornos del espectro autista, y creo que si su hijo o hija tiene autismo, Asperger, síndrome de Down o cualquier condición que lo haga diferente del promedio. ¡Es un gran regalo de Dios!

Dios nos eligió para cuidar de estos ángeles. Al principio hay dolor e incertidumbre porque no sabemos cuánto sufrirá nuestro hijo o hija por ser diferente, pero después de un tiempo de crecimiento y formación aprendemos a apreciar su nobleza e inteligencia, y hacemos nuestro mejor esfuerzo para hacerlo a él o a ella feliz.

Dios no pone sobre nuestras espaldas cargas más pesadas de las que podemos cargar, y si estas cargas nos pesan, Jesús nos dice: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana». (Mateo 11:28, NVI)

Él nos conoce muy bien y sabe lo cansados y estresados que podemos sentirnos por nuestros propios yugos. Él nos invita a tirarlos y tomar el suyo, que es el que él quiere que nosotros llevemos. Su yugo está hecho para adaptarse perfectamente a cada persona que tiene una relación personal con Él; Él sabe lo que necesitas, y su amor, mansedumbre y humildad harán que tus cargas y las mías sean mucho más ligeras de lo que solían ser. Dios no nos deja solos; Nos da familiares, amigos y personas dispuestas a ayudarnos, personas que nos ayudan a ver el "lado bueno de las cosas"

Mi vida con mi hijo no es fácil. Siempre existe la tentación de etiquetarlo como "no normal". Pero, ¿qué es ser normal? ¿Es ser como el resto del mundo, ver la paja en el ojo ajeno, criticar y someter al débil? ¿Mentir, burlarse y aprovecharse maliciosamente de los demás? Te aseguro que la bondad y la inocencia de su corazón superan con creces a muchos y muchas que se consideran "normales". Así que tengo la bendición de ser la madre de un hijo especial, y deseo que en un futuro no lejano él diga con confianza: "¡Te alabo porque soy una creación admirable!  ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!". (Salmos 139: 14, NVI)

Sé algo sobre la incomprensión del mundo y pido para que no doble su espíritu; también pido para que él pueda enfrentar la vida con temple y para que su valentía puesta a prueba triunfe sobre la adversidad. Si esto llega a ser, mi alma estará en completa paz y sentiré que finalmente cumplí la misión que Dios me dio para mi vida terrenal: criarlo como su madre que soy. Y agradeceré a Dios diciendo: "Gracias, nunca lo habría logrado sin tu ayuda".

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