True Equality Means Lifting up ALL Women • La verdadera igualdad significa elevar a TODAS las mujeres
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By Kristen Pajkowski
Database & Office Manager
BPFNA-Bautistas por la Paz
As many of you know, International Women’s Day was on March 8, and March is Women’s History Month in the US. That said, I think it is appropriate, as womenshistorymonth.gov puts it, to “celebrate the contributions women have made to the United States and recognize the specific achievements women have made over the course of American history in a variety of fields.” Throughout history, women in every part of the world have made great strides, sometimes in spite of a significant lack of equality. With the help of women such as Lucretia Mott, Rosa Parks, and Marsha P. Johnson, the gap in equality in areas such as gender, race, and sexual orientation has become more and more narrow. Currently, we are very fortunate that these women and so many more have made these strides, but we still have a long way to go - and part of it comes from the way we approach feminism even among each other as women.
All across North America, for example, there is still a pay gap according to gender. In the US, women make 80 cents on a man’s dollar; in Canada, this number is about 75 cents, and in Mexico, 81. However, what most people don’t know is these statistics are not the whole truth. In reality, it is only white women in the US that make 80 cents for every dollar a man makes. Black women, on the other hand, make 66 cents on the man’s dollar, and Hispanic women, 58. In Canada, white women still earn more than their BIPOC siblings, with black women making about 80 cents for every dollar a white woman makes, and Hispanic women, about 68. It is even worse when you consider disabled women, as in the United States, employers are still allowed to pay disabled people less than the federal minimum wage, and in Canada, disabled women make 54 cents to the able-bodied man’s dollar. To me, the pay gap conversation is the perfect illustration of a common problem in feminist movments today: the conversation, more often than not, centers around white, cisgender, able-bodied women.
As another example, trans women are more likely to experience discrimination in the workplace, even being fired for their gender identity. As a result, many of them turn to sex work, which opens the door for a whole new set of discrimination, such as being unable to find a traditional job later on, street harassment, loss of housing, and even being turned away from homeless shelters; and these are, unfortunately, the transgender people who live. In Puerto Rico, the violence against trans women and women in general was so frequent that a state of emergency was declared in 2020. The mere existence of terms such as TERF (Trans Exclusionary Radical Feminist) and SWERF (Sex Work Exclusionary Radical Feminist) shows how many feminists view our trans sisters, as well as our sisters who are in sex work - even those who do it because they have nowhere else to turn.
Turning to sex work for survival is something so looked down upon that in Mexico, the deaths of indigenous women are most often not investigated under the assumption that they are involved with drugs or sex work. Many of them are, but not by their own choice, because 70% of human trafficking victims in Mexico are indigenous women. Mexico is by no means the only country that overlooks indigenous women, either. In Canada, First Nations are the most targeted group for violence, 12 times more likely to experience it than white women. This is no different in the United States, where over 4 in 5 Native women experience assault in their lifetime, with the perpetrators more often than not being non-Native men.
All of this is disheartening to say the least, when it is trans women and women of color who have made important strides in the fight for equality. My LGBTQ siblings especially, let us not forget that the reason why we have so much freedom today is because of two trans women of color at Stonewall. My non-white siblings, let us not forget that in 1920, only white women were allowed to vote, or how First Nation women in Canada could not vote until the 1950s. I urge my sisters to listen to one another - not just those who look like you. We cannot gain true equality unless we listen to everyone - trans and cis, disabled and able-bodied, white, black, asian, and indigenous. True equality means lifting each other up, and allowing everyone a voice.
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Por Kristen Pajkowski
Gerente de base de datos y oficina
BPFNA-Bautistas por la Paz
Como muchas y muchos de ustedes saben, el Día Internacional de la Mujer fue el 8 de marzo y marzo es el Mes de la Historia de la Mujer en los Estados Unidos. Dicho esto, creo que es apropiado, como dice womenshistorymonth.gov, "celebrar las contribuciones que las mujeres han hecho a los Estados Unidos y reconocer los logros específicos que las mujeres han logrado a lo largo de la historia estadounidense en una variedad de campos". A lo largo de la historia, las mujeres de todas partes del mundo han logrado grandes avances, a veces a pesar de una importante falta de igualdad. Con la ayuda de mujeres como Lucretia Mott, Rosa Parks y Marsha P. Johnson, la brecha en la igualdad en áreas como género, raza y orientación sexual se ha vuelto cada vez más estrecha. Actualmente, somos muy afortunadass y afortunados de que estas mujeres y muchas más hayan logrado estos avances, pero aún nos queda un largo camino por recorrer, y parte de ello proviene de la forma en que abordamos el feminismo incluso entre nosotras como mujeres.
En toda América del Norte, por ejemplo, todavía existe una brecha salarial según el género. En los Estados Unidos, las mujeres ganan 80 centavos en relación al dólar de un hombre; en Canadá este número es de aproximadamente 75 centavos y, en México, 81. Sin embargo, lo que la mayoría de la gente no sabe es que estas estadísticas no son toda la verdad. En realidad, solo las mujeres blancas en los Estados Unidos ganan 80 centavos por cada dólar que gana un hombre. Las mujeres negras, por otro lado, ganan 66 centavos por cada dólar que gana el hombre, y las mujeres hispanas, 58. En Canadá las mujeres blancas todavía ganan más que sus hermanos y hermanas BIPOC[1], con las mujeres negras ganando alrededor de 80 centavos por cada dólar que gana una mujer blanca, y las mujeres hispanas, alrededor de 68. Es aún peor cuando se considera a las mujeres discapacitadas ya que, en los Estados Unidos, los empleadores todavía se les permite pagar a las personas discapacitadas menos del salario mínimo federal, y en Canadá las mujeres discapacitadas ganan 54 centavos en relación al dólar de un hombre sin discapacidades. Para mí, la conversación sobre la brecha salarial es la ilustración perfecta de un problema común en los movimientos feministas de hoy: la conversación, la mayoría de las veces, se centra en mujeres blancas, cisgénero y sin discapacidades.
Como otro ejemplo, las mujeres trans tienen más probabilidades de sufrir discriminación en el lugar de trabajo, incluso de ser despedidas por su identidad de género. Como resultado, muchas de ellas recurren al trabajo sexual, lo que abre la puerta a un nuevo conjunto de discriminación, como no poder encontrar un trabajo tradicional más adelante, acoso callejero, pérdida de vivienda e incluso ser rechazadas por los refugios para personas sin hogar; y estas son, lamentablemente, las personas transgénero que viven. En Puerto Rico, la violencia contra las mujeres trans y las mujeres en general fue tan frecuente que se declaró el estado de emergencia en 2020. La mera existencia de términos como TERF (Feminista radical trans-excluyente, en español) y SWERF (Feminista radical excluyente de las trabajadoras sexuales, en español) muestra cómo muchas feministas ven a nuestras hermanas trans, así como a nuestras hermanas que se dedican al trabajo sexual, incluso aquellas que lo hacen porque no tienen a dónde acudir.
Pasar al trabajo sexual para sobrevivir es algo tan despreciado que, en México, las muertes de mujeres indígenas no se investigan con frecuencia bajo el supuesto de que están involucradas con drogas o trabajo sexual. Muchas de ellas sí lo están, pero no por elección propia, porque el 70% de las víctimas de trata de personas en México son mujeres indígenas. México tampoco es el único país que pasa por alto a las mujeres indígenas. En Canadá, las Primeras Naciones son el grupo más afectado por la violencia, 12 veces más probabilidades de experimentarla que las mujeres blancas. Esto no es diferente en los Estados Unidos, donde más de 4 de cada 5 mujeres nativas experimentan agresiones en su vida, y los perpetradores con mayor frecuencia son hombres no nativos.
Todo esto es descorazonador por decir lo menos, cuando son las mujeres trans y las mujeres de color las que han logrado avances importantes en la lucha por la igualdad. Especialmente mis hermanas y hermanos LGBTQ, no olvidemos que la razón por la que tenemos tanta libertad hoy es por dos mujeres trans de color en Stonewall. Mis hermanas y hermanos no blancos no olvidemos que, en 1920, solo las mujeres blancas podían votar, o que las mujeres de las Primeras Naciones en Canadá no podían votar hasta la década de 1950. Insto a mis hermanas a que se escuchen unas a otras, no solo a las que se parecen a ustedes. No podemos lograr la verdadera igualdad a menos que escuchemos a todas y todos: trans y cis, discapacitados y no discapacitados, blancos, negros, asiáticos e indígenas. La verdadera igualdad significa levantarnos unos a otros y permitir que todos y todas tengan voz.
[1] Black, Indigenous and people of color. (Negro/a, indígena y personas de color)
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